11 de junio de 2013

Impotencia y dolor, mucho dolor

El equipo de Grana Deportivo comparte el dolor y acompaña en sentimiento a la familia de Javier “El Zurdo” Jeréz y repudia de principio a fin la forma de actuar de la Policía Bonaerense, que asesinó a un hincha que sólo intentó, paradójicamente, que nadie resulte herido.


CRÓNICA DE GUSTAVO GRABIA (Diario Olé):

La sensación de que la tarde iba a ser complicada empezó antes del comienzo del partido.
Lanús llegaba a La Plata con la chance de ser puntero y la barra dijo presente con más de 300 miembros, que viajaron desde Arias y Guidi en seis micros. Pero a unas cuadras del Único, la Bonaerense los hizo bajar a todos.
Se respiraba un ambiente tenso, como buscando algún tipo de respuesta de los violentos para justificar la represión. Pero la barra de Lanús mantuvo la calma. 200 metros antes del ingreso, la Policía dividió en dos grupos a La 14. A diferencia de lo que se intentó instalar desde La Plata, todos tenían su entrada en regla.
El primero ingresó. El segundo lo hizo cinco minutos después con las banderas, pero a la primera línea de 20 miembros, que siempre entra última, la retuvieron. Y de a poco, la Infantería y los efectivos de la motorizada comenzaron a rodearlos.
Nadie entendía muy bien qué pasaba. El líder de la barra pidió calma a los suyos e intentó mediar hablando con el jefe de la Distrital La Plata, el comisario Domsky. Como respuesta recibió un palazo en la cabeza de un efectivo que se movilizaba en moto. Fue el comienzo del fin. En el piso, se acercaron más policías para reprimirlo y la primera línea de la barra fue en su ayuda. Piedras de un lado, balazos de goma del otro, todo era un pandemonium.
El grupo que estaba adentro quiso salir a ver qué pasaba. El Zurdo Jerez los lideraba. Pero según testigos directos, su actitud era de las más pacíficas. Los policías que estaban en la rampa de ingreso empezaron a reprimirlos y el Zurdo intentó parar todo. No tuvo chance: uno de los tres efectivos que lideraron la represión dentro del Unico, le disparó directamente al pecho. Y eso queda clarísimo en los videos que la Aprevide entregó a la Justicia para esclarecer el crimen. Y aunque la ambulancia llegó rápido, el Zurdo falleció en viaje al hospital de Gonnet.
Apenas llegó la información al Unico, todos temieron por una revuelta Granate. Pero la barra decidió, sensata y afortunadamente, que la protesta sería en paz: les pidieron a todos los hinchas que los acompañaran en la retirada.
Cuando el dato de lo ocurrido llegó al vestuario, el partido se suspendió.
Una hora después, el ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, tiraba por la borda el intento policial de instalar una interna de la barra y confirmaba que uno de sus subordinados había sido el autor del crimen y puso a disposición de la fiscal, Ana Medina, los videos del hecho. Ahí se ordenó la detención de tres uniformados: los capitanes Roberto Lezcano y Víctor Bacuco, y el teniente primero Jorge López. Uno de ellos fue quien disparó. Al cierre de esta edición, estaban a punto de ser capturados.
En tanto, la familia de Jerez hacía los trámites para velar al Zurdo. Que fue a la cancha a ver un partido, y terminó asesinado.